Entender nuestras necesidades

Con asiduidad sabemos qué queremos pero…¿sabemos qué necesitamos? Hoy te contamos qué es la Pirámide de Maslow y cómo puede ayudarte a entenderte mejor.

Todos tenemos necesidades. Algunas son básicas, como alimentarnos o dormir bien, y otras más complejas, como sentirnos realizados o encontrar un propósito. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué a veces nos sentimos vacíos incluso cuando “todo parece ir bien”? ¿O por qué ciertas etapas de la vida nos invitan a replantearnos nuestras prioridades?

La teoría de Maslow: una jerarquía de necesidades humanas

Abraham Maslow, psicólogo humanista, propuso en los años 40 una idea sencilla pero poderosa: los seres humanos tenemos diferentes tipos de necesidades, y estas se organizan jerárquicamente. Es decir, no todas son igual de urgentes o prioritarias. Según Maslow, solo cuando se cubren las necesidades más básicas, podemos aspirar a satisfacer otras más elevadas. Esta jerarquía se representa habitualmente en forma de pirámide, con cinco niveles:

1. Necesidades fisiológicas

Son las más básicas para la supervivencia: comer, dormir, respirar, tener cobijo, beber agua. Cuando estas no están cubiertas, todo lo demás pasa a segundo plano. Por ejemplo: Si no has dormido bien en varios días, probablemente no estés muy interesado en encontrar sentido a tu vida. Tu cuerpo te pedirá descanso antes que filosofía.

2. Necesidades de seguridad

Una vez que sobrevivimos, necesitamos sentirnos a salvo. Esto incluye tener un techo estable, ingresos económicos, salud, protección física y emocional. Por ejemplo: Las personas que viven en contextos de violencia o mucha inestabilidad laboral pueden estar tan ocupadas intentando “mantenerse a flote” que no pueden pensar en metas a largo plazo.

3. Necesidades sociales o de afiliación

Aquí entra en juego nuestro deseo de vincularnos: tener amistades, formar parte de un grupo, sentirnos queridos, tener pareja o una red de apoyo. Por ejemplo: Aunque tengas un buen trabajo y estés sano, si te sientes solo o desconectado de los demás, es muy probable que experimentes malestar.

4. Necesidades de estima

Incluyen el reconocimiento propio y ajeno: sentir que vales, que tienes habilidades, que tu esfuerzo se reconoce. También entra aquí la autoestima y el respeto hacia uno mismo. Por ejemplo: Tal vez tengas amigos y un empleo estable, pero si no te sientes valorado o competente, puedes caer en la frustración o la autoexigencia excesiva.

5. Autorrealización

Es la cúspide de la pirámide. Aquí buscamos sentido, crecimiento personal, realización de nuestro potencial. No se trata de “ser exitoso” según lo que dicte la sociedad, sino de vivir de manera coherente con lo que verdaderamente nos importa. Por ejemplo: Alguien que siente que está alineado con sus valores, que aprende, aporta y crece, probablemente experimentará un bienestar más profundo y duradero.

¿Cómo se aplica esto en la vida cotidiana (y en terapia)?

Conocer esta jerarquía nos puede ayudar a identificar qué está fallando cuando sentimos malestar. A veces buscamos respuestas muy complejas a sensaciones que tienen que ver con lo más básico: ¿estoy descansando bien? ¿me siento seguro? ¿tengo alguien con quien hablar?

En terapia, muchas veces exploramos con las personas en qué nivel de la pirámide están teniendo más dificultades. Porque no se trata de “subir” la pirámide de forma lineal, sino de darnos cuenta de que si una parte importante de nuestras necesidades está desatendida, eso afectará todo lo demás.

La Pirámide de Maslow no es una receta mágica ni un modelo rígido. Pero puede ser una brújula útil cuando sentimos que algo no encaja, cuando estamos desmotivados o cuando queremos comprender mejor nuestras prioridades.

Pregúntate: ¿qué necesitas hoy? ¿Qué está pidiendo atención en tu vida?

Con mucho cariño,

Psicología Tres medios